Nosotros

       Aquí va otra de mis historias para que la disfrutéis.

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NOSOTROS

       Éramos dos: Tú y yo; tirados en la arena de la playa, esperando a que algo sucediera. Pero no fue así. Todo se desvanecía lentamente, ninguno sabía el por qué.

       De pronto desperté. ¿¡Qué!? ¿¡Todo había sido un sueño!? No podría ser así, era tan real. Decidida me levanté de la cama, bajé corriendo las escaleras que me llevaban a la planta baja del hotel. Salí a la calle. Estaba desorientada. Entonces me acordé de que estaba veraneando en Las Palmas de Gran Canaria con mis amigos.

      - ¡Marta! - oí gritar mi nombre a Álvaro - ¿Dónde vas tan deprisa? Casi te caes por las escaleras.

      Pero no le presté atención. Seguí vagando por la ciudad. No sabía dónde iba, pero estaba buscando la playa del sueño para ver si encontraba alguna pista de mi misterioso galán. Corría y corría, sin rumbo fijo. Caía, chocaba, pero nada de eso me importaba, ¡tenía que encontrarlo!

      Llegué a una de las playas. La de Las Canteras, si mal no recuerdo. Me la recorrí entera, de arriba a abajo, de este a oeste. Pero nada. Seguí sin saber quién era esa persona. Quién era ese muchacho que, solo con un sueño, había conseguido captar mi amor. 

      Estaba cansada. Me había pasado lo mismo en todas las playas de la ciudad. Decidida, quise recorrer los hoteles y tiendas dando una descripción de mi desconocido amor. Nada.

      Una especie de ira me recorría el cuerpo. ¿Por qué siempre me tocaba a mí ser la desafortunada? ¿Qué había hecho mal? Frustrada me encaminé hacia el hotel donde estábamos alojados. Iba reflexionando sobre su ropa, el color de su piel, su olor, su forma de hablar. Todo. No dejaba de pensar en él.

      Sin pensarlo dos veces, otra vez volví a la carga. Pregunté sobre playas con esas características a un tendero. La respuesta fue inesperada. "Amadores". ¡No había ido a esa todavía! Rápidamente cogí un taxi para que me llevara. Llegué en menos de veinte minutos, pero la espera mereció la pena.

     Una vez allí, vague por ella como en las demás. De repente, a lo lejos observé a mi amigo Álvaro. Corrí hacia él y él hacia mí.

     -¿Qué haces aquí tú sola? Estábamos preocupados por ti.

     -No pasa nada. Muchas gracias por preocuparte. 

     Sin darme cuenta recordé al chico del sueño. Era alto, pero un poco más bajo que yo. Moreno. Pelo corto. Todo lo físico coincidía. Me acerqué lentamente. Inspiré y tenía el mismo olor. Le pedí que me susurrara las mismas palabras que el misterioso chico al oído. Igual. Idéntico. Había encontrado a mi príncipe.

      Inconscientemente le agarré de la mano. Empecé a correr hacia el hotel. Quería anunciarles a todos nuestro notable amor. Fueron las mejores vacaciones de mi vida.

                                                                                      
                                                                                                                  Luis Merchán.
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    Espero sinceramente que lo hayáis disfrutado los que sois algo más "romanticones". Si es así, os dejo el archivo en .pdf para que lo podáis leer cuando queráis. 

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                                                                                              Hasta pronto, Luis.